LFGP

Elegir un
itinerario

Si no eres un ciclista fornido: tus primeros viajes deberían avanzar siempre hacia abajo. Tu bici debe ser lo suficientemente robusta para llevar tus alforjas y enfrentarse a diferentes terrenos y condiciones… y eso incrementa el peso. Por lo que cualquier rampa supone un handicap añadido.


La OROGRAFÍA es, sin duda, uno de los principales factores. No importa cuánto te apetezca visitar un enclave… si no es llano… mejor vete en moto. Pero, ni teniéndo eso claro, resulta fácil decidirlo pues… conocer a priori la orografía de determinadas regiones tiene su miga. Al final, después de mucho estudiarlo, siempre acabas encontrando una abrupta pendiente que te obliga a dar lo mejor de ti mismo.
Contar las curvas de nivel (esas rayitas que en los mapas conectan los puntos que están a una misma altura), es una estimación muy burda que no te da una idea de lo que vas a encontrarte. Esas rayitas anuncian grandes desniveles y en una etapa de 80 kilómetros, veinte colinas de 100 metros (que a lo mejor no tienen rayita) suponen un desnivel acumulado de 2000 metros. No tener eso en cuenta es un error que puede convertir una etapa cualquiera en una etapa memorable.
Hay páginas web como wikiloc.com, bikemap.net o mapmyride.com donde la gente descarga sus rutas, grado de dificultad y desnivel incluido, pero es dificíl encontrar rutas en determinados países
En nuestros primeros viajes, para salvar ese aspecto, elegimos países eminentemente llanos (Holanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca o Cuba) donde te puede sorprender una colina pero es muy poco probable. También hemos seguido el curso de algunos ríos (Danubio, Maine, Elba), pues a favor de corriente no suelen haber problemas… pero si de verdad quieres ir a un sitio complejo, como la India… tendrás que estudiarlo mucho.
Las estrategias que hemos seguido para buscar lo llano, han sido:
  • Evitar las carreteras que caracolean
  • Seguir el curso de un río hacia el mar
  • Seguir la línea de costa
  • Seguir la vía de un tren
  • Buscar un país cuya cota máxima documentada no sea mayor de 200 o 300 metros
  • Contrastar la información leyendo varios blogs o páginas de rutas
Paralelamente vas leyendo por aquí, cuchicheando por allá. Wikipedia. Google maps. Libros de viajes… hasta que consigues hacerte una idea del sitio, y de los lugares más relevantes. Las ciudades que merecen la pena. Buscas el trayecto más adecuado entre ellas, quizás abandonando la costa y siguiendo el curso de un río, para acortar el camino. Hasta que encuentras el modo de cubrir la distancia… a veces… bajandote de la bici y haciendo un tramo en coche, en tren o en barco… todo es el viaje.
Luego, cuando ya tienes claro por dónde debe ir tu ruta, buscas el modo de que cada etapa sea posible. Sumas kilómetros de sesenta en sesenta (de 40 en 40, de 80 en 80… o lo que tu quieras) para decidir dónde vas a hacer las paradas. ¿Hay un pueblo en la zona? ¿Hoteles o casas? Es laborioso pero tiene su encanto, puedes pasarte meses haciendo este encaje de bolillos, porque no quieres que las paradas sean en cualquier parte, sino en un lugar que merezca la pena. Así vas eligiendo. Sacrificando unas ciudades por otras, un parque natural por un monumento, un sitio donde dormir por una carretera menos transitada que promete un hermoso paisaje o llegar a tiempo. Vas buscando y modelando el trayecto a tu gusto.
Así lo hacemos nosotros
titulo

Sacamos los billetes cuando hemos estudiado el terreno y sabemos que el viaje en bici es posible

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España